Colgado con ilusión, el calcetín espera silencioso las sorpresas del amanecer. Representa la fe en los pequeños milagros, la inocencia de creer sin ver y la magia que llega cuando abrimos el corazón a la esperanza. A

veces, lo más bello se esconde en los gestos simples que llenan de luz nuestras noches de invierno.