Confía en tu fuerza interior y en la protección divina que siempre te rodea. No estás solo en tus luchas; yo estoy aquí para guiarte y defenderte. La luz de tu alma es más poderosa que cualquier sombra, y con valentía y fe, puedes superar cualquier obstáculo. Abre tu corazón a la paz y a la certeza de que el universo siempre conspira a tu favor. La victoria es tuya, porque la luz siempre prevalece.